jueves, 9 de agosto de 2012

CÓMO SON TUS HECES?

Si, lo se, un tema de mierda pero hay cosas muy interesantes...

Vayamos a ir a la raíz de la cuestión, hasta el fondo, sin vergüenzas, ni miramientos. Nuestras heces son una parte muy íntima de nuestra vida (diaria pa
ra muchos) y nos pueden revelar y dar mucha información sobre nuestro estado de salud actual. Debemos mirarlas sin pudor y ver qué es lo que está pasando en nuestro interior. Lo primero, tenemos que aceptar que todos eliminamos y vamos al baño y no hay que avergonzarse de ello ni esconderlo ya que lo innatural sería no poder evacuar. Es importante ‘despojarnos de lo viejo’ (heces) para dejar sitio a lo nuevo (comida). ‘Para heces colores’, así que os voy a dar información muy interesante para poder descubrir ‘el fondo de la cuestión’.

Pienso que el inodoro actual es el peor diseño e invento que se ha creado para poder ver nuestras heces con detalle y además hace que nos pongamos en una postura que comprime nuestros intestinos haciendo más difícil la evacuación. Nos han vuelto bastante perezosos y sendentarios incluso para ir al baño y tenemos que llenar nuestros retretes con periódicos, revistas para ir pasando el rato hasta que por fin se decidan a salir.
Cuando fui a India volví a acostumbrarme al método tradicional: la postura de cunclillas, que es la más natural para poder ver lo que se hace mientras se hace y la que permite un buen movimiento peristáltico. Aunque tengo que confesar que las primeras veces me costó ya que hay que tener unas piernas fuertes, mantener el equilibrio y la espalda recta. Y otra cosa muy interesante es que no utilizan papel higiénico sino que se limpian con agua, cosa que sería estupendo que hiciéramos en el mundo occidental ya que nos evitaríamos muchas infecciones. Sería mucho más higiénico que el papel higiénico ya que evitaríamos irritaciones e infecciones: Agua fresquita para los que tienen hemorroides y agua templada para el resto pero sin jabón (el jabón altera el pH natural) . Una postura no tan ‘malabarística’ sería seguir sentándonos en la taza del inodoro pero apoyando nuestros pies en un pequeño taburete o un par de libros gruesos. Esto ayudaría a relajar los músculos y nos sería más fácil evacuar.
Las heces ideales deberían ser como una masa exuberante, de color marrón medio, de forma definida, que salga sin esfuerzo y se rompa al caer al agua y flote o se hunda lentamente.

Pero vayamos al grano. Veamos primero sus tonalidades:
- Si tus heces se hunden como las piedras o tiramos bolillas que nos cuestan evacuar es porque no hay suficiente fibra en nuestra alimentación o no se bebe suficiente agua para lubricarlas. Esto a la larga puede producirnos las insufribles almorranas, diverticulitis y estreñimiento.
- Si flotan como pedazos de corcho y son difíciles de arrastrar al tirar de la cadena podría ser porque no estamos absorbiendo la grasa que viene de nuestra alimentación.
- Si las heces son negras puede ser por tomar suplementos de hierro que llevan sulfato ferroso (causando estreñimiento) ya que este hierro no se absorbe y acaba en las heces. La regaliz puede pintarlas con puntos negros. Pero también el color negro podría ser el resultado de que nuestro estómago esté sangrando.
- Si son de color púrpura podría ser por tomar remolacha, arándanos y moras. La vitamina B2 sintética da un tono naranja verdoso (incluido la orina). Si tomamos espinacas nuestras heces podrían ser de color verde.
- Si son amarillas-verde podría ser por tomar especias como el curry pero también podría revelarnos problemas de hígado o vesícula biliar o efectos secundarios de algún antibiótico.
- Un tono grisáceo o como puré de avena puede significar que el conducto de nuestra bilis está atascado, que el páncreas no funciona correctamente o que se absorben mal las grasas.
- El rojo oscuro nos puede decir que nuestro intestino grueso sangra (indicador de un cáncer de colon). Pero si el rojo es muy vivo podría significar que tenemos una fisura anal o hemorroides.
- Si encontramos moco o pus puede ser por diferentes dolencias: no asimilamos las grasas, síndrome irritable, inflamación, abcesos, algún virus o bacteria o un cáncer gastrointestinal.
- Como he comentado antes, el mejor tono sería un marrón medio.
- Veamos qué ocurre en los más pequeños de la casa. Sus pañales nos dirán si están llevando una buena alimentación: Sin son blancas y verdosas deberemos disminuir verduras y frutas; si son duras y oscuras habrá que aumentar las verduras y reducir el tiempo de cocción; y si aparecen puntitos blancos, es grasa no digerida o mucosidad.

Los restos de comida en las heces es indicador de que no masticamos suficiente, es decir, tragamos y claro nuestro sistema digestivo no puede hacer la labor y tarea que pertenece a nuestra dentadura.


El olor de nuestras heces también nos dice cómo se está comportando nuestro interior. Si apestan (aún con el extractor encendido) y si nosotros no podemos ni soportarlo es porque algo va realmente mal. Cuando las heces llevan demasiado tiempo en el colon se pudren y se deshacen creando unas condiciones estupendas para que las bacterias se multipliquen y se alimenten de nuestros desperdicios sin digerir, invadiendo y destruyendo nuestra flora intestinal. Cuando hay una superproducción de heces sin expulsar en nuestro intestino, las heces tóxicas se cuelan en el circulación sanguínea por la pared intestinal. Muchas de las heces se quedarán pegadas a las paredes del intestino y nunca podrán expulsarse y el resto lograrán como puedan salir pero serán muy concentradas y cargadas de bacterias y por tanto super olorosas y tóxicas. En una evacuación intestinal normal o ideal el olor que aparece no es tan desagradable y desparece rápidamente.

Las dietas vegetarianas generan mucho flato por su alto contenido en fibra, por exceso de frutas y verduras crudas y las de alto contenido en proteína animal (carnes, huevos) generan una gran cantidad de gases que producen muy malos olores (el gran negocio de los ambientadores se aprovecha de ello) ya que los productos animales se pudren mucho más rápido que los vegetales y generan gases tóxicos. También si en nuesta alimentación abundan las grasas, nuestras heces serán apestosas.
Espero que haya abierto los ojos a muchos para enfrentarse y mirar de cerca a sus heces ya que pueden diagnosticarnos y desvelarnos muchos de nuestros problemas estomacales e intestinales.
Como anécdota decir que el primer retrete, el WC, lo inventó Sir John Harrington, ahijado de la reina Isabel I, instalado cerca de Bath (de ahí el nombre de baño) en 1589. Y la invención del moderno retrete con descarga fue por Joseph Bramah en 1778 y Thomas Crapper (crapper en el argot inglés es taza del inodoro) que hizo algunas modificaciones en 1860. Trabajó este último con Thomas Twyfor (famoso por la marca de accesorios y mobiliario para el baño) e inventaron el sistema de cisterna y fue el camino para convertirse en el familiar diseño que hoy conocemos. Sigo pensando que lo mejor eran las letrinas que habían cuando éramos pequeños en nuestros campamentos de verano.